Datos registrados por el Observatorio de Rayos Cósmicos de la Ciudad de México. Debido a la posición geográfica de la Ciudad de México, las partículas incidentes requieren más energía que zonas cercanas a los polos; de este modo, se requieren emisiones solares muy intensas para generar partículas que afecten el clima espacial. La curva púrpura representa el promedio de los datos registrados, las líneas discontinuas rojas representan la significancia de los datos (σ). Cuando se detecta un evento atribuido a los efectos de las emisiones solares en la Tierra, las cuentas de rayos cósmicos deben ser mayores a 3σ.
En la semana del 24 al 31 de marzo, el observatorio de rayos cósmicos de la Ciudad de México detectó incrementos significativos en las cuentas de rayos cósmicos galácticos para los días 24, 25, 26, 28, 29 y 30 de marzo. Debido a que no se registraron fulguraciones que aceleraran partículas y que los índices Dst y kp se mantuvieron bajos y no registraron variaciones significativas, estos incrementos pueden ser atribuidos a una actividad geomagnética inusual que permitió el ingreso de partículas a distintos puntos de geográficos, ya que se detectaron las mismas variaciones en monitores de neutrones cercanos a los polos y al ecuador, corroborando los datos del observatorio de la Ciudad de México. Los registros de INTERMAGNET (http://www.intermagnet.org/activitymap/activitymap-eng.php) muestran claramente que las variaciones de la actividad geomagnética fueron intensas en latitudes cercanas a la Ciudad de México, por lo que los datos registrados por el observatorio de rayos cósmicos muestran un incremento significativo en la variación diurna (incrementos que inician alrededor de las 12 horas y con máximo a alrededor de las 15 horas). Esta variación en la actividad geomagnética permitió el ingreso de partículas a zonas ecuatoriales, las cuales pudieron generar afectaciones en el clima espacial.
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