El clima espacial se refiere a las variaciones en el ambiente espacial entre el sol y la Tierra (y en todo el sistema solar) que pueden afectar tecnologías en el espacio y en la Tierra. El clima espacial puede afectar la tecnología de este país que forma la columna vertebral de la economía y la seguridad nacional, incluyendo operaciones satelitales y aéreas, redes de comunicaciones, sistemas de navegación y la red de energía eléctrica. A medida que la nación se vuelve cada vez más dependiente de estas tecnologías, el clima espacial propone un aumento de riesgo a la infraestructura y la economía. Además, la Asesoría Nacional Estratégica de Riesgo1 ha identificado el clima espacial como un peligro que pone en importante riesgo la seguridad de la nación. Claramente, reducir la vulnerabilidad frente al clima espacial necesita ser una prioridad nacional.
La Estrategia Nacional de Clima Espacial (Estrategia) y su asociado Plan de Acción Nacional del Clima Espacial (Plan de Acción) tienen por objetivo común mejorar la integración de los esfuerzos nacionales existentes y añadir capacidades importantes para ayudar a satisfacer la creciente demanda de información sobre el clima espacial. La Estrategia y el Plan de Acción aprovechan sus recientes esfuerzos para reducir riesgos asociados a peligros naturales y mejorar la capacidad de resistencia de las instalaciones y sistemas esenciales2, encaminadas a favorecer fomentar un ambiente de colaboración en el que el gobierno, industria, y la sociedad estadounidense puedan entender mejor y prepararse para los efectos del clima espacial. La nación debe continuar aprovechando las redes públicas y privadas de conocimeintos y habilidades y llevar a cabo mejoras específicas para aumentar la capacidad de gestionar los riesgos asociados con el clima espacial.